País
Ruanda
Contrapartes locales
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Contrapartes alemanas
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Donante
GIZ
Duración
15.03.2025 - 15.08.2026
Reunir a proveedores de servicios financieros y empresarias crea un ecosistema mutuamente beneficioso. Los proveedores de servicios financieros conocerán mejor las necesidades de los clientes femeninos y podrán adaptar mejor sus productos a ellas, aumentando la probabilidad de reembolso de los préstamos y mejorando su seguridad. Los proveedores de servicios financieros también comprenderán los beneficios de las políticas de igualdad de género y mejorarán las condiciones de trabajo y la participación económica de las mujeres en el sector financiero. Las mujeres empresarias adquirirán los conocimientos necesarios para solicitar préstamos para ampliar sus negocios. Gracias a un estrecho apoyo al desarrollo empresarial, las mujeres podrán beneficiarse de mejores condiciones de trabajo y de una mayor inversión en sus negocios. Además, la visibilidad de las empresarias de éxito contribuirá a cambiar las percepciones sociales y a cuestionar las normas arraigadas sobre el papel de la mujer en los negocios (AFR, 2022). Las asociaciones a largo plazo con FSP garantizarán la ampliación de esta iniciativa, en la que las mujeres actuarán como modelos, multiplicadoras y líderes empresariales en sus comunidades.
Aunque Ruanda ha avanzado en la promoción de la igualdad de género, las persistentes expectativas sociales y las desigualdades estructurales siguen impidiendo a las mujeres acceder a la financiación. Por ejemplo, las normas sociales dictan que los hombres son los principales proveedores financieros en los hogares, lo que limita la movilidad económica y el poder de decisión de las mujeres. Esto se refleja en la persistente brecha de género en el acceso a los servicios financieros formales, donde el 27% de los hombres utilizan servicios bancarios, pero sólo el 17% de las mujeres. Del mismo modo, el 60% de los hombres trabaja con instituciones de microfinanciación (IMF), mientras que sólo lo hace el 40% de las mujeres. El acceso a la tecnología es otro factor clave para promover la inclusión financiera. Mientras que el 82% de los hombres de Ruanda tienen cuentas de dinero móvil, sólo el 72% de las mujeres las tienen, lo que limita a las mujeres en términos de gestión financiera eficaz y crecimiento empresarial (Finscope, 2024). La falta de conocimientos financieros y de concienciación entre las empresarias agrava aún más el problema. A muchas mujeres les resulta difícil desenvolverse en sistemas financieros complejos o desconocen que existen productos financieros adaptados a sus necesidades. Además, las mujeres de zonas con menos infraestructura financiera se ven desproporcionadamente afectadas por los elevados costes de financiación, como los excesivos tipos de interés y las trabas burocráticas.
Tareas
El proyecto de Empoderamiento Económico de las Mujeres (WEE) de la GIZ está diseñado para abordar estos retos capacitando a las mujeres para participar en la economía formal e influir en el panorama social. Se centra en dos aspectos:
(1) mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres y
(2) promover un panorama económico y social que apoye el crecimiento y el éxito de las empresas dirigidas por mujeres.
El compromiso de la Sparkassenstiftung für internationale Kooperation (DSIK) alemana se centra en el segundo aspecto, que incluye el desarrollo de productos financieros y la prestación de apoyo específico al desarrollo empresarial de las mujeres empresarias. Dado que muchas mujeres dependen actualmente de préstamos informales, el proyecto pretende familiarizarlas con soluciones financieras formales que les permitan hacer crecer eficazmente sus negocios.
